Rescatados los primeros vídeos en color de la Batalla de Flores.

15/05/12 - Ayto. Laredo

La generosa donación de una familia de veraneantes franceses ha permitido a Laredo recuperar un valioso material audiovisual sobre la centenaria Batalla de Flores. Se trata de imágenes en movimiento de las ediciones de 1967, 1968, 1969 y 1970, con la peculiaridad de estar grabadas en color en película de 8 milímetros. Una auténtica joya a cuyo pase inaugural asistieron decenas de laredanos encantados de recuperar escenas inolvidables de una fiesta que hace 40 años ya reunía a miles de personas para presenciarla en directo.

La afición de Jacques Pereira de Miranda por dejar registrados en su cámara los más variados acontecimientos familiares se ha convertido en motivo de felicidad para la villa pejina. Entre los kilómetros de película heredadas por su hijo Philippe se encuentran extensos fragmentos de distintas ediciones de la Batalla de Flores de Laredo. Un material que enseguida brindó al Ayuntamiento pejino por medio del director de la Casa de Cultura, David del Río. Con la inestimable ayuda del joven creador laredano, Alberto Martinez, aquellos trozos inconexos volvieron a ser suturados para componer cuatro relatos fílmicos de diez minutos de duración por cada edición de la fiesta, brindando un material de incalculable valor histórico y sentimental. Estas piezas se suman a los fragmentos del NO-DO que en su día se recuperaron de los fondos históricos de RTVE, aunque todos ellos son en blanco y negro.

La puesta de largo de los nuevos archivos reunió a decenas de personas en la Casa de Cultura de Laredo. El alcalde de Laredo, Ángel Vega, y los concejales de Cultura, Pedro Diego, y Festejos, Laura Recio, hicieron entrega de varios obsequios al artífice del hallazgo, a quien invitaron a asistir, junto a sus allegados, a la próxima edición de la Batalla de Flores.

Ese día las imágenes contaron con las oportunas explicaciones de Alfonso Oruña, carrocista en activo y autor del libro más completo sobre los ciento tres años de historia de este festejo único en el mundo. Sus comentarios ayudaron a los presentes a identificar carrozas, carrocistas e incluso a las jóvenes que, tal como sigue sucediendo hoy en día, desfilan sobre las alegorías contribuyendo a aumentar su espectacularidad y belleza.

Claro que hay muchas cosas que han cambiado con respecto a aquellos años. Empezando por el circuito, que en aquél entonces se ubicaba en la calle del Paseo y que hubo que alterar justo a comienzos de los años 70 porque la afluencia de público y la monumentalidad de las carrozas así lo requería. Unas creaciones cubiertas de flor que apenas alcanzaban los cinco metros de altura, frente a los siete metros y medio que hoy marcan el límite de lo permitido.

Una última 'sorpresa'

Los vídeos permiten, además, reencontrarse con estampas de edificios que, cuatro décadas después, ya no resisten en pie, como la conocida 'Casa de los Hierros'. Por el contrario, permiten adivinar la construcción de nuevos iconos del urbanismo laredano, como el edificio Cerro, en plena plaza de Cachupín, cuya estructura se ve avanzar entre dos ediciones de finales de los años 70. Vídeos que también permiten constatar cómo la Batalla de Flores siempre mantuvo inalterable su guión a pesar de auténticos diluvios como el de la edición del año 1968.

La sesión en el cine del Doctor Velasco deparó una última sorpresa a todos los asistentes. Y es que, junto a las imágenes de la Batalla, se proyectó una quinta pieza, correspondiente a imágenes de Laredo en 1963. En dicho año la familia Pereira abandonó su hospedaje en la posada 'La Rinconada' y adquirió un coqueto apartamento en 'Orly', una de las primeras residencias que emergieron en el Ensanche pejino. Los fotogramas exhibidos muestran unas espectaculares e inéditas vistas de un paraje 'virgen' de la zona entre el Carlos V y el Puntal que apenas unos años después acabó colonizada por incontables residencias que protagonizaron el boom urbanístico de los años 60 en Laredo. Junto a estos planos se entremezclan otras estampas costumbristas que harán las delicias de quienes quieran salir al encuentro de una villa pejina a punto de sumergirse en sus años de máximo esplendor turístico durante el siglo pasado. Imprescindible documento.


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